En la cima del mundo

Un instante de ironía, lo juro, esta es una verdad

No lo he soñado, lo he visto y me aterra creer que se incline a la realidad:

He visto leones de colores, Rosa, Amarillo, Azul, Verde... ellos están descansando en las afueras de esos edificios que parecen de un arrugado papel cartón. Me zumba ese llamado que dice

-No pretendan construir más, no pretendan crecer, aquí y ahora ¡Dejen que vivamos tranquilos! Si intentan hacer algo estos felinos los matarán-

Jamás había sentido miedo, pero conmigo solo los felinos rosas no me atacan. ¡Qué suerte que están en el Lobby!.

Estoy subiendo las escaleras de prisa, esas escaleras de marmol, me recargo en el último barandal e inclino mi cuerpo para ver hacía abajo lo más que pueda. ¿Qué pasa con la gente? ¿Por qué se ríen mientras lloran? Un momento, no te inclines tanto o caerás. En eso veo subir a unos gemelos, uno vistiendo café y el otro vistiendo de negro, pero ¿Por qué lloran?

-¿Se encuentran bien?-
-No podemos seguir en esta dictadura, no podemos vivir sin sentir esa ambición y ese deseo de crecer-
-¿A dónde van?, esperen ¡No se acerquen a la orilla!-
-Qué te corten las Alas y no te dejen vivir, qué no te permitan crecer, es igual que la muerte-
-¡¡NO!!-

Ya era tarde, ellos habían caído hacia su destino final, bajé rápidamente las escaleras hasta llegar al lugar de la muerte

-¡No se acerquen!-

Le pedí a la gente pero una niña se me acercó y su mirada me produjo ternura. -Enana- me llamo y me empujo hasta tirarme en el suelo mientras que un león verde y ella empezaban a devorar los cadáveres ahí tirados. No pude hacer nada.

Caminé atónita y con la mirada perdida, ya no me importaba el miedo hacia los leones, simplemente con no acercarme bastaba para tenerlos alejados.

Al mirar al frente vi a Julio, seguía igual de alto, su cabello seguía siendo dorado, me abrazó y me solté en un mar de lágrimas, no me podía controlar, pero también no sabía por qué lloraba, solo me escuchaba gritar sin parar, me abrazó y un tierno beso en la mejilla me dió.

-Sécate esas lágrimas, de pie y mira este bello jardín-
-Es hermoso- le respondí -Realmente hermoso-

Luna-Sama

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