-Despierta enana ¿A que hora llegaste anoche?-
-Derek, ¿Podrías ser más sutil al despertarme?- dándole un almohadazo
-Anda floja, despierta, cuenta ¿Cómo te fue?-
-No sé, fue extraño-
-Y eso? Con que te haya hecho algo ese rabo verde-
-No no no, no es eso… simplemente, me pidió ser su novia-
-¿Qué dices?-
-¡Lávate las orejas!, me pidió ser su novia-
-Órale, no me lo hubiera imaginado de Paul-
-Pues yo tampoco-
-¿Quieres decir que no te gusta?-
-No es eso, es amable, es carismático, simpático y muy lindo pero-
-Peeeeero?-
-No lo sé, no estoy muy convencida-
-Entonces ¿Por qué aceptaste?-
-Por qué siento que él me quiere, y no como…-
-Roberto es cosa del pasado, te traicionó, se burlo de ti, te engañó y eso no se lo permitiré a nadie, olvídalo, Roberto no te quiere como dice, sé qué es hijo de Clarissa, quien te quiere como hija, pero por favor, yo siento que te deberías de alejar de Clarissa un tiempo, no por la relación entre tu má y tú, si no por que Roberto siempre estará cada que tu mamá te quiera ver, y odio que se aproveche de que lo sigues amando-
-Ya no lo amo!-
-Pues no entiendo por qué dejas que Roberto se te siga acercando, lo peor de todo es que se te acerca cada vez que quiere, a la hora que quiere y…-
-Basta Derek! Roberto es mi pasado, Sí, lo amé como a nadie en el mundo, pero tengo que vivir el presente, y tengo que darme una oportunidad, Paul se ve que me quiere ¿Por qué no darle una oportunidad?-
-Por qué si tu no lo quieres no tiene sentido, es decir, para que una relación funcione debe existir al menos cariño en los dos, no tiene sentido si ese cariño solo lo pone Paul y yo no pones nada de tu parte-
-Pues aprenderé a quererlo, ¿Qué no puedo?-
-Artemisa… Esa no es la magia-
-¿Magia? Te refieres a ello como si fuera un juego-
-No es un juego, es la esencia, el sentir cosquilleo cada que ves a esa persona especial, es magia, cada que te da un beso y sientes que el mundo da vueltas más rápido de lo normal eso es magia, cada que ves a esa persona dormir y no quisieras que despertara pronto, por que deseas velar el sueño de esa persona por que su cabello pareciera que está volando mientras su cuerpo parece estar en una nube de algodón, eso es magia ¿Sientes algo de eso acaso?-
-No, pero..-
-Pero nada Artemisa, piénsalo, y ojalá recapacites, tu debes saberlo mejor que nadie… Eso es amor-

Sí de eso se trataba, más sin embargo yo no quería enamorarme aún, simplemente quería darme la oportunidad de encontrar una pareja, de entablar otra vez una relación, después se dará el enamoramiento.

Como sea, no iba a permitir que algo bueno que iba empezando, se arruinara por simples miedos, eso debo de tener en mente siempre no tenerle miedo a nada.

Llegué a la cafetería, después de una buena jornada de trabajo en la oficina, solía hacer eso, ya no había nada nuevo en la editorial, y me gustaba platicar con Derek y atender ahí a los que llegaban.

-Misa, ¿No va a venir Paul?-
-Quedó de hablarme, pero no veo nada todavía no lo ha hecho, seguro debe estar trabajando, por cierto ¿Sabes dónde trabaja?-
-No, para nada, no me dijo nada la última vez que vino, por cierto, mira quién viene allá-
-Asshhh el tipo pesado de anoche-
-Buenas Tardes-
-Buenas tardes- Mi expresión era totalmente indiferente
-Chica ¿Te puedo pedir un Mocca?-
-Claro, ahí está mi hermano-
-¿Ni tomar una orden puedes?-
-¿Tan temprano y ya vamos a empezar?-
-Hey, hey! calma, velo del lado positivo, te estoy educando por que al parecer no fuiste a la escuela-
-Y usted ya párele… ya estoy cansada, eso se llama querer humillar no estoy para sus tonterías, así que si me disculpa tengo trabajo que hacer, Derek, voy a la casa, no tardo-
-Okay, me traes mi lonchera?-
-Claro, voy y vengo-

En ese momento salí para mi casa, mi corazón está muy agitado, molesta por los comentarios de aquel tipo, pareciera que más que hacerme enojar, me hacían comportarse como niña chiquita. Demonios, ¿Quien se creé? Se la pasa molestándome.

Sín darme cuenta había alguien detrás mío y pensé qué era Renato:

-Deja de seguirme, eres muy molesto ¿Sabes?-
-¿Molesta la persona a la que tanto amaste?-

Por ese momento me estremecí, me congelé, era Roberto, ¿Qué quería esta vez?

-No sé de qué me hablas, pero será mejor que me dejes en paz-
-No pretendo hacerte daño cariño- abrazándome por detrás e intentando acariciarme como cuando éramos novios –Simplemente deseo volver a tenerte entre mis brazos-

gemí para fingir que lo estaba deseando, eso lo volvía loco y era la manera en la que el sabía que yo ya estaba a su disposición, y cuando menos lo esperó le di una patada en la entrepierna haciéndolo caer de dolor.

-Qué demonios ¿Qué te pasa?-
-¡Déjame tranquila! entiende que tu tienes novia, y yo tengo que hacer mi vida-
-P-P-Pero, auch- retorciéndose de dolor aún –No vas a dejarme aquí así nada más Artemisa te necesito, perdóname-

¿Qué lo perdonara? ¡Mi vestido de novia fue lo último que compré antes de terminar con él!, las promesas que nos hicimos, los sueños e ilusiones ¿Para que se fueran por un simple capricho? Eso no es digno de un hombre que dio su palabra pero ¿Cuanto puede valer la palabra de un hombre que no es leal ni en lo que ama? Pero ¿Acaso todavía lo seguía amando? ¿O era compasión lo que sentía por él?

-Levántate Roberto- Le dije mientras le daba mi mano para ayudarlo –No era mi intención lastimarte tanto, solo quería alejarte, mira, entiende que…- fui interrumpida por un azotón contra la pared, Roberto se había hecho la víctima solo para distraerme
-Mira, creo que aún no entiendes, qué tu me perteneces-
-¿Qué te pasa? ¡Suéltame!-
-Te lo advierto princesa- empezó a sujetar mi mentón y me lastimaba –No puedes estar con nadie más que conmigo-
-¡¡Qué me sueltes te digo!!-
-Qué te parece si vamos a tu cuarto y recordamos viejos tiempos amor mío-

Mis ojos ya se estaban llenando de lagrimas, dios ¿Esto era con lo que uniría mi vida? ¿Con un mounstro obsesivo? ¿En qué estaba pensando? Me quedo sin respiración, Dios mío me ¿Qué pasa?…

Todo desapareció, todo se fue.